Y asi,en un día cualquiera me desperté y comprendí que la vida es bella. Descubrí que odiamos no ser los dueños de un amor y que amamos ser los dueños de nuestra vida. Somos como las hojas de los árboles, nos conservamos frescas y bellas en los días más bonitos, pero cuando llegan los inconvenientes decidimos dejar todo caer.

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